Cuando, en el crepúsculo del pueblo...
... Platero y yo,
entramos por la oscuridad morada de la calleja miserable que da al río seco,
los niños pobres juegan a asustarse, fingiéndose mendigos. Uno
se echa un saco a la cabeza, otro dice que no ve, otro se hace el
cojo...
Después, en ese brusco cambiar de la infancia, como llevan
unos zapatos y un vestido, y como sus madres, ellas sabrán cómo,
les han dado algo de comer, se creen unos príncipes.
Juan Ramon Jimenez
Photo de PauloJ em Génova it
até logo!
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